Autolesiones en Niños y Adolescentes

Descubrir que su hijo o adolescente se está haciendo daño intencionalmente es una situación increíblemente angustiosa para cualquier padre. No siempre está claro cuál es la mejor manera de ayudarlos durante este momento difícil. Entendemos las dificultades que puede estar enfrentando y estamos aquí para ofrecerle apoyo y asistencia.
Comprender la autolesión
La autolesión se refiere a comportamientos intencionales que causan daño a uno mismo, lo que puede incluir autoenvenenamiento o autolesión. Si bien la autolesión en sí misma no es un diagnóstico, a menudo indica una condición de salud mental subyacente que requiere identificación y tratamiento. La autolesión es la forma más común de autolesión.
En los últimos años, ha habido una mayor conciencia de las tasas de autolesiones entre niños y adolescentes. Sorprendentemente, se ha registrado que incluso niños de 3 o 4 años se autolesionan intencionalmente, aunque la edad máxima para el inicio de las autolesiones es durante la adolescencia.
Señales de autolesión en niños y adolescentes
Los padres a menudo descubren las autolesiones de sus hijos sin darse cuenta, como al notar cicatrices u otra evidencia de daño o al ser informados por un maestro. Los niños a menudo optan por no revelar a sus padres que se autolesionaron por temor al castigo, la incomprensión o causar malestar.
Hay varias formas de autolesionarse y es importante tomarlas todas con la misma seriedad. No es raro que un niño o adolescente cambie entre diferentes formas de autolesión o que la gravedad del daño aumente con el tiempo.
Los tipos de autolesiones incluyen:
- Cortar
- Envenenamiento (p. gramo , tomar analgésicos en exceso)
- Ardiendo
- Magulladuras (p. gramo , golpearse la cabeza o golpear objetos)
- Rascarse
- Tirones de cabello
- Morder
Existen riesgos físicos significativos asociados con las autolesiones, como infecciones, daño muscular o de ligamentos, cicatrices a largo plazo y daño potencial a los órganos si hay drogas o alcohol involucrados. En algunos casos, las autolesiones pueden provocar la muerte accidental, incluso si no es intencionado.
Causas de las autolesiones
Contrariamente a la creencia popular, las autolesiones rara vez son un grito de ayuda o un comportamiento de búsqueda de atención. En cambio, a menudo indica el desarrollo de una condición de salud mental subyacente grave.
Algunas de las razones por las que los niños y adolescentes pueden autolesionarse incluyen:
- Regulación emocional: las autolesiones pueden ser una forma de que las personas manejen emociones intensas, especialmente si tienen dificultades para expresar o identificar sus sentimientos. Muchos informan haber experimentado una sensación de calma y liberación después de episodios de autolesión.
- Cambios hormonales: la autolesión podría estar influenciada por los cambios hormonales que ocurren durante la pubertad. La investigación ha explorado el papel de las hormonas en el desarrollo de trastornos de salud mental comunes como la depresión y la ansiedad. Si bien es poco probable que los cambios hormonales por sí solos sean la única causa de las autolesiones, pueden aumentar la susceptibilidad.
- Otros factores: Intimidación, presión académica o relacionada con los deportes, abuso o trauma, pena y duelo, condiciones de salud mental (p. gramo , depresión, ansiedad, bulimia) y las dificultades en la escuela o en las relaciones familiares pueden contribuir a las autolesiones.
Autolesiones y redes sociales
El papel de las redes sociales en la prevalencia de las autolesiones se ha debatido ampliamente en los últimos años. La naturaleza omnipresente de las redes sociales y las constantes comparaciones que fomenta pueden contribuir a la infelicidad y el descontento entre los niños y adolescentes. Los informes indican que la cantidad de niños descontentos con su apariencia ha aumentado significativamente desde el auge de las redes sociales.
Además, la exposición a contenido en las redes sociales que fomenta o normaliza la autolesión como respuesta al estrés es motivo de preocupación.
Buscar ayuda y tratamiento para las autolesiones
Descubrir que su niño o adolescente se autolesiona puede dejarlo sin saber qué hacer a continuación. Es común y natural sentir pánico en tales situaciones.
Recomendamos enfáticamente buscar ayuda profesional y apoyo experto para su niño o adolescente lo antes posible. Acceder a una atención de alta calidad desde el principio suele ser más fácil y se ha demostrado que previene el deterioro de su condición. Los niños colocados en listas de espera para recibir tratamiento a menudo experimentan un empeoramiento de los síntomas.
Evaluación
Un paso esencial para las familias es buscar una evaluación integral por parte de un Psiquiatra de Niños y Adolescentes. Esta evaluación ayuda a identificar cualquier condición de salud mental subyacente, como ansiedad o depresión. Es muy probable que los niños y adolescentes que se autolesionan tengan problemas subyacentes que se beneficiarían de la evaluación de un médico con experiencia en condiciones complejas de salud mental.
Terapias psicológicas
Existe evidencia sólida que respalda la efectividad de varias terapias, incluida la terapia conductual dialéctica para adolescentes (DBT-A), la terapia conductual cognitiva (CBT) y la terapia basada en la mentalización para adolescentes (MBT-A), para reducir el riesgo de autolesiones continuas.
Apoyo para padres
El apoyo de los padres puede ser invaluable para enseñarles a los padres cómo manejar situaciones difíciles de una manera que respalde el progreso de sus hijos. Proporciona un espacio seguro para que los padres hablen de sus experiencias y frustraciones con un experto en conducta infantil. Puede ser un desafío hablar honestamente sobre las autolesiones con familiares y amigos, ya que puede ser impactante y es posible que los padres aún no se sientan listos para compartir.
Si cree que su familia se beneficiaría del apoyo, ya sea individualmente o como unidad, llámenos al 0333 3390115.
Recuerde, las autolesiones deben tomarse en serio y buscar la ayuda de un experto es crucial para el bienestar y la recuperación de su niño o adolescente.