Trastornos de la Alimentación en Niños y Adolescentes
Los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia, son afecciones de salud mental complejas que pueden ser increíblemente difíciles de tratar. Si está preocupado por su hijo, es importante que busque ayuda y apoyo profesional lo antes posible. El tratamiento temprano aumenta la probabilidad de que su hijo se recupere por completo.
Apoyo con Anorexia en Adolescentes y Niños
Si te preocupa que tu niño o adolescente pueda estar sufriendo anorexia, o si le han diagnosticado un trastorno alimentario y buscas apoyo profesional, podemos ayudarte.
¿Qué es la anorexia?
La anorexia es una afección de salud mental grave caracterizada por una preocupación extrema por lograr el menor peso corporal posible.
Los niños y adolescentes con anorexia pueden:
- Restringir su ingesta de alimentos
- Hacer ejercicio en exceso
- Purga
- Abusar de los laxantes
- Utilice combinaciones de todos estos
El trastorno se caracteriza por un miedo intenso a aumentar de peso o engordar y, a menudo, los pacientes se perciben gordos incluso cuando están peligrosamente delgados.
Para los jóvenes con anorexia, su peso y forma influyen en su identidad y autoevaluación en un grado desproporcionado, hasta el punto de que muchas personas que la padecen pueden perderse por completo en el trastorno.
¿Qué causa la anorexia en adolescentes y niños?
Los trastornos alimentarios son condiciones complejas, con una combinación de causas biológicas, psicológicas y sociales. Los factores que van desde la composición genética de los niños hasta sus experiencias de vida crean un conjunto único de vulnerabilidades que pueden hacerlos vulnerables al desarrollo de la anorexia.
Como tal, es inexacto y, a menudo, muy inútil atribuir la enfermedad a una sola causa. En particular, el mito común de que las familias son responsables de que sus hijos desarrollen trastornos alimentarios no está respaldado por la evidencia de la investigación y puede ser altamente contraproducente tanto para los pacientes como para los cuidadores.
La anorexia se desarrolla más comúnmente durante la adolescencia.
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Causas biológicas de la anorexia
El aumento de la producción de hormonas sexuales durante la adolescencia, como el estrógeno, afecta los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro de los adolescentes, y los niveles anormales de estos neurotransmisores responsables de muchos aspectos fisiológicos y las regulaciones emocionales se han relacionado con los trastornos alimentarios. La pubertad también afecta la forma en que se expresan nuestros datos genéticos y este cambio podría ser parte de la razón por la cual la adolescencia es un momento clave para la aparición de los trastornos alimentarios1. -
Causas sociales de la anorexia
Se ha informado mucho sobre los posibles riesgos que las redes sociales tienen sobre la probabilidad de que nuestros hijos desarrollen un trastorno alimentario. Para algunos, las redes sociales conducen a una disminución de la autoestima, mayores tasas de depresión e insatisfacción con la imagen corporal (un rasgo clave en las personas anoréxicas).
Los cerebros de niños y adolescentes no están completamente desarrollados hasta los 20 años, y en la búsqueda de desarrollar su propio sentido de identidad, los jóvenes pueden ser muy susceptibles a las opiniones de los demás.
Síntomas de anorexia en adolescentes
Los siguientes son algunos de los signos más comunes de que se está desarrollando o se ha desarrollado un trastorno alimentario, como la anorexia. Si le preocupan los hábitos alimenticios, la pérdida de peso, el estado de ánimo o el comportamiento de su niño o adolescente, también le recomendamos que busque la ayuda de un experto lo antes posible.
- Pérdida de peso
- Parece frágil o demacrado
- Estar cansado todo el tiempo
- Volviéndose más reservado, especialmente en torno a la comida
- Renuencia o negativa a comer frente a otros
- Ser más restrictivos en los alimentos que comerán
- Usar ropa holgada
- Pérdida de cabello
- Crecimiento de vello fino y suave en el cuerpo
- Dolencias estomacales
- Sentir frío todo el tiempo
- Retraerse socialmente
- Examinándose en el espejo
- Tomar mucho tiempo para comer, no terminar su comida
- Ir al baño inmediatamente después de una comida
- Hacer más ejercicio o en secreto
- Depresión, bajo estado de ánimo, llanto, autolesión
- Comportamiento de atracones y/o purgas
- Abuso de drogas o alcohol
No todos los niños y adolescentes con anorexia mostrarán todos estos signos, y dado que la anorexia es una enfermedad notoriamente muy secreta, puede ser difícil saber realmente qué le está pasando a su hijo. Sin embargo, si sospecha que algo anda mal, siempre es recomendable buscar asesoramiento profesional.
¿Qué debo hacer si creo que mi niño o adolescente tiene anorexia?
Identificar si su niño o adolescente tiene un trastorno alimentario y abordar el tema con ellos puede ser muy desafiante. Muchos adolescentes, especialmente las adolescentes, se involucran en comportamientos de dieta y expresan su insatisfacción con su peso, incluso cuando son delgados. Es difícil para los padres saber cuándo los comportamientos alimentarios de sus hijos se convierten en un problema importante, pero las investigaciones muestran que la intervención temprana es la mejor manera de determinar una recuperación completa.
Ayudar a su hijo a ver que él o ella puede tener un problema y acordar una cita para una evaluación profesional adicional es un primer paso difícil e importante en la recuperación del trastorno alimentario. Es muy común que los jóvenes se vuelvan hostiles y se pongan a la defensiva cuando sus seres queridos expresan su preocupación por su alimentación, sobre todo si realmente se están desarrollando problemas.
Muchos jóvenes con anorexia simultáneamente niegan tener dificultades para comer y creen que la afección los beneficia de alguna manera (p. gramo , les ayuda a concentrarse, evidenciar autocontrol y determinación). ¡Prepárese para que su ser querido diga que no tiene ninguna dificultad o incluso que diga que usted es el que tiene un problema por sugerirlo!
Consejos para hablar con ellos sobre la alimentación de su hijo:
- Anote las cosas que hace su hijo que le preocupan, siendo lo más específico posible.
- Trate de encontrar un momento tranquilo fuera de las comidas para plantear estas inquietudes de una manera tranquila y sin confrontaciones.
- No se presione indebidamente para persuadir a su hijo de la necesidad de ayuda en una sola conversación. En su lugar, piense en ello como una apertura, para que usted y sus hijos puedan seguir volviendo al tema, con el tiempo hablen más abiertamente y, en última instancia, consideren buscar más apoyo profesional.
Hable con un profesional calificado
Una llamada confidencial y gratuita podría ponerlo rápidamente en el camino para recuperar el control. Todas las llamadas son atendidas por un psicólogo asistente capacitado que escuchará y hará preguntas antes de sugerir el tratamiento más adecuado.
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Bulimia en adolescentes y niños
Si te preocupa que tu niño o adolescente pueda estar padeciendo bulimia, o si le han diagnosticado un trastorno alimentario y buscas apoyo profesional, podemos ayudarte.
¿Qué es la bulimia?
La bulimia nerviosa, más conocida como bulimia, es una afección de salud mental grave que implica el consumo de grandes cantidades de alimentos (atracones) compensados con conductas de purga, como vómitos autoinducidos, uso de laxantes, diuréticos o enemas, ejercicio excesivo o ayuno. .
Luego se repite el ciclo de atracones y purgas; esto puede ser varias veces al mes o incluso varias veces al día.
¿Qué causa la bulimia en adolescentes y niños?
Los trastornos alimentarios en niños y adolescentes pueden ser extremadamente complejos, y las investigaciones han sugerido que son causados por varios factores, incluidos los biológicos, genéticos y ambientales.
Se cree que entre el 60% y el 80% de nuestro riesgo de desarrollar un trastorno alimentario podría ser genético.
Se ha demostrado que los cambios hormonales durante la pubertad están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia; parece que hormonas como el estrógeno tienen un papel que desempeñar en la forma en que los genes que se han relacionado se expresan los trastornos alimentarios.
Algunos niños pueden volverse bulímicos como una forma de manejar emociones difíciles. Los atracones de comida son una forma en que algunas personas enfrentan emociones abrumadoras, tal vez estrés o ansiedad por el rendimiento escolar o dificultades en las relaciones. La purga (más comúnmente en forma de vómitos autoinducidos) se usa para eliminar las calorías ingeridas del cuerpo.
La bulimia es un trastorno de salud mental complejo: cuanto antes se busque tratamiento, más probable es que se logre una recuperación completa.
Síntomas de la bulimia en adolescentes y niños
La bulimia es una enfermedad progresiva, lo que significa que a menudo empeora con el tiempo.
Los siguientes son algunos de los signos más comunes de que se está desarrollando o se ha desarrollado un trastorno alimentario, como la bulimia.
- Pensamientos obsesivos sobre el peso/delgadez
- Estar cansado todo el tiempo
- Volverse reservado, especialmente en torno a la comida
- Renuencia o negativa a comer frente a otros
- Ir al baño inmediatamente después de una comida
- Cicatrices o marcas en la parte posterior de los nudillos (por inducir el vómito)
- Dolencias estomacales
- Problemas dentales, como erosión del esmalte
- Dolor de garganta/glándulas salivales agrandadas
- Retraerse socialmente
- Examinándose en el espejo
- Hacer más ejercicio o, sospechas, en secreto
- Depresión, bajo estado de ánimo, llanto, autolesión
- Comportamiento de atracones y/o purgas
- Abuso de drogas o alcohol
No todos los niños y adolescentes con bulimia mostrarán todos estos signos y, dado que los trastornos alimentarios son una enfermedad notoriamente muy secreta, puede ser difícil saber realmente qué le está pasando a su hijo.
Si le preocupan los hábitos alimenticios, la pérdida de peso, el estado de ánimo o el comportamiento de su niño o adolescente, también le recomendamos que busque ayuda de expertos lo antes posible.
¿Qué debo hacer si creo que mi niño o adolescente tiene bulimia?
Identificar si su niño o adolescente tiene un trastorno alimentario y abordar el tema con ellos puede ser muy desafiante. La bulimia es un trastorno increíblemente reservado, rodeado de una gran cantidad de vergüenza y vergüenza, y su hijo puede ponerse a la defensiva cuando habla de ello.
Es difícil para los padres saber cuándo los comportamientos alimentarios de sus hijos se convierten en un problema importante, pero las investigaciones muestran que la intervención temprana es la mejor manera de determinar una recuperación completa.
Muchos jóvenes con bulimia niegan simultáneamente tener dificultades para comer y creen que la afección los beneficia de alguna manera (p. gramo , les ayuda a concentrarse, evidenciar autocontrol y determinación). ¡Prepárese para que su ser querido diga que no tiene ninguna dificultad o incluso que diga que usted es el que tiene un problema por sugerirlo!
Consejos para hablar con ellos sobre la alimentación de su hijo:
- Anote las cosas que hace su hijo que le preocupan, siendo lo más específico posible.
- Trate de encontrar un momento tranquilo fuera de las comidas para plantear estas inquietudes de una manera tranquila y sin confrontaciones.
- No se presione indebidamente para persuadir a su hijo de la necesidad de ayuda en una sola conversación. En su lugar, piense en ello como una apertura, para que usted y sus hijos puedan seguir volviendo al tema, con el tiempo hablen más abiertamente y, en última instancia, consideren buscar más apoyo profesional.
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Trastorno restrictivo de la ingesta de alimentos por evitación en niños y adolescentes
El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos (más comúnmente conocido como ARFID) solía conocerse como "trastorno alimentario selectivo" hasta hace unos años; puede tener graves efectos en la salud a largo plazo, por lo que siempre se recomienda tratamiento. Podemos ayudar.
¿Qué es ARFID?
ARFID es un trastorno alimentario en el que las personas que padecen la enfermedad restringen lo que comen o evitan ciertos grupos de alimentos por completo.
Es diferente a la anorexia, ya que la pérdida de peso no es la razón principal para restringir la ingesta de alimentos; sin embargo, algunas personas desarrollarán otro trastorno alimentario como anorexia u ortorexia si no se tratan.
Hay tres tipos principales de ARFID:
- Evitar ARFID : ciertos alimentos se excluyen debido a problemas sensoriales como el olor, el sabor o la textura
- ARFID aversivo : comer todos o ciertos alimentos es muy angustioso, normalmente debido a un evento traumático como asfixia o una enfermedad grave asociada con ese alimento)
- ARFID restrictivo : la persona no siente hambre de la misma manera, o la persona se distrae fácilmente de la tarea de comer
Cualquiera de los tres tipos de ARFID puede convertirse en otro trastorno alimentario como la anorexia, donde los síntomas descritos anteriormente se acompañan de un deseo de perder peso y una imagen corporal baja.
Causas de ARFID
El diagnóstico de ARFID es relativamente nuevo, por lo que existe una investigación limitada sobre las causas de su aparición; sin embargo, es probable que se trate de una interacción compleja entre varios factores, como una predisposición genética desencadenada por algún tipo de condición biológica, social o o conjunto de circunstancias ambientales.
Sabemos que ARFID afecta más a los niños más pequeños que a los que están en la adolescencia o la edad adulta, y sabemos que es más probable que los niños se vean afectados que las niñas1. Sabemos que existen fuertes vínculos con los trastornos del neurodesarrollo, como el autismo o el TDAH, con las discapacidades del aprendizaje y con los trastornos de ansiedad, incluido el TOC.
También sabemos que existen algunas circunstancias que podrían desencadenar el desarrollo de ARFID. Los problemas de asfixia y deglución son muy comunes (hasta una cuarta parte de las personas con ARFID).
Los trastornos de ansiedad como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o el TOC también son mucho más comunes en ARFID que en otros trastornos de la alimentación: alrededor del 75 % de las personas que padecen ARFID tendrán un trastorno de ansiedad en comparación con el 37 % de las personas anoréxicas2.
Síntomas de ARFID
Es muy normal que los niños desarrollen cierto grado de quisquillosidad en cuanto a lo que les gusta y lo que no les gusta comer alrededor de los 6 o 7 años (por ejemplo, se cree que se prefieren los alimentos ricos en carbohidratos para ayudar a acelerar el crecimiento).
Para la mayoría, cuando un niño llega a la pubertad, su repertorio de alimentos habrá aumentado y ya no será tan exigente con lo que come. Por lo tanto, es comprensible que ARFID se pueda confundir con una comida quisquillosa; sin embargo, ARFID es una condición de salud mental diagnosticable que a menudo es visible en niños muy pequeños y de la que no crecerán naturalmente.
Hay signos tanto físicos como conductuales de que alguien podría estar sufriendo de ARFID.
Síntomas conductuales
- Miedo a comer: ansiedad a la hora de comer
- Negativa a comer algunos o todos los alimentos
- Dificultades para comer delante de los demás
- Apetito nulo o muy reducido
- Olvidarse de comer
- Cantidad limitada de alimentos "buenos"
Síntomas físicos
- Crecimiento retrasado frente a las expectativas
- Dolencias estomacales
- Vómitos, asfixia o arcadas al comer
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Tratamiento de trastornos alimentarios
Encontrar el plan de tratamiento adecuado para su niño o adolescente que lo ayude con su trastorno alimentario es clave para que se recupere por completo.
¿Qué tratamiento es adecuado para mí?
Existen varias rutas de tratamiento que se pueden usar de manera efectiva para ayudar a tratar los trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Encontrar el tratamiento adecuado para su hijo dependerá de algunos factores, entre ellos:
- El IMC de su hijo: es probable que aquellos con un IMC muy bajo (15 o menos) necesiten atención hospitalaria. Siempre recomendamos buscar atención para su hijo lo más rápido posible si tiene un IMC bajo).
- Atención ambulatoria: si el IMC de su hijo es superior a 15 (y estable), asistir a sesiones regulares de terapia puede ser una ruta de tratamiento adecuada. El enfoque terapéutico dependerá de los requisitos individuales de su hijo.
- Evaluación del psiquiatra: es muy común que las personas con un trastorno alimentario también tengan otra afección de salud mental concomitante, como ansiedad, TOC o depresión. Una evaluación completa y exhaustiva, realizada por un psiquiatra especialista en niños y adolescentes, identificará si su hijo tiene una condición comórbida que necesita tratamiento antes o junto con sus problemas de alimentación.
Incluso cuando se sienten motivados y comprometidos con la recuperación, los pensamientos arraigados y la ansiedad, la culpa, la vergüenza y otras emociones fuertes que acompañan a un trastorno alimentario pueden hacer que el cambio sea lento y difícil.
La investigación muestra repetidamente que la intervención temprana es uno de los factores clave para garantizar la recuperación de un trastorno alimentario. Sabemos que a menudo es increíblemente difícil para los padres saber qué hacer si sospechan o saben que su hijo tiene conductas alimentarias desordenadas; si su hijo no se involucra en el tratamiento por sí mismo, es posible que desee programar una cita por su cuenta con un psiquiatra o Psicólogo para hablar de lo que se puede hacer.
¿Cuándo es el momento adecuado para obtener ayuda?
Puede ser necesario tener mucho coraje para buscar ayuda para un trastorno alimentario. Es común que los niños y adolescentes digan que es solo una fase y que mejorarán una vez que hayan superado un período de estrés. Como padres, no queremos presionar a nuestros hijos ni molestarlos, pero obtener ayuda desde el principio realmente marca una gran diferencia. Los trastornos alimentarios son increíblemente poderosos, por lo que obtener el apoyo adecuado para ayudar a su hijo puede marcar la diferencia.
También sabemos que cuanto antes comience el tratamiento después de que una persona se presente para pedir ayuda, mejor será el resultado: es muy común que los trastornos alimentarios empeoren mucho mientras está en una lista de espera para comenzar el tratamiento1.
¿Cómo podemos ayudar?
Creemos en tratar al individuo.
Es de vital importancia que su niño o adolescente reciba una atención personalizada y es por eso que nos aseguramos de que el plan de tratamiento se adapte a sus necesidades individuales.
Los planes de tratamiento más efectivos considerarán:
- Necesidades y preferencias de las personas
- Circunstancias familiares, sociales y laborales
- Otras condiciones de salud mental
- Experiencias anteriores
Proporcionarán cierta flexibilidad en su enfoque, ya que la recuperación de los trastornos alimentarios no es un proceso lineal o estandarizado.
- Lo primero que sucederá cuando nos llame es que hablará con uno de nuestro equipo de clasificación. Todos son expertos en salud mental capacitados y entienden bien los trastornos alimentarios. Su trabajo es asegurarse de que el servicio que nuestros médicos puedan ofrecer sea adecuado para usted o su ser querido. Si no creemos que podemos ayudar, o que otra organización sería mejor, se lo diremos.
- El equipo de clasificación le hará algunas preguntas sobre las preocupaciones que tiene sobre su hijo.
- Si usted y el equipo de clasificación deciden que somos la organización adecuada para usted, programaremos una cita para que su niño o adolescente se reúna con un psicólogo senior que se especializa en trastornos de la alimentación. Tendrá que estar presente en parte o en toda esta cita; el psicólogo le aconsejará al respecto.
- Puede decidir, siguiendo nuestro consejo, que una cita con un psiquiatra sea el primer paso; esto puede ser especialmente importante si su hijo tiene otras afecciones o si sospecha que tiene TEA o TDAH.
- El psicólogo/psiquiatra le aconsejará sobre qué enfoque terapéutico y tratamiento podrían ser mejores, según sus necesidades individuales.
Esto podría incluir;
- Terapia, por ejemplo CBT o DBT
- Terapia familiar
- Psiquiatría
- Asesoramiento nutricional - Una vez que haya acordado con el psicólogo que desea continuar con el tratamiento, haremos los arreglos para que su hijo se reúna regularmente con su terapeuta o psicólogo (hay citas disponibles semanales, quincenales o mensuales).
Hable con un profesional calificado
Una llamada confidencial y gratuita podría ponerlo rápidamente en el camino para recuperar el control. Todas las llamadas son atendidas por un psicólogo asistente capacitado que escuchará y hará preguntas antes de sugerir el tratamiento más adecuado.